Patética

Estándar

Durante mucho tiempo no me interesó, la verdad, era tanto el dolor, que los detalles era lo que menos me importaba.

Ahora, sin embargo, me pregunto ¿Cuándo es que dejaste de amarme?

Debió de ser hace mucho tiempo, por lo que he sabido después, así que tu enorme mentira se mantuvo por muchos, muchos años.

No creo que sepas nunca el dolor que me causaste, porque no quise mostrártelo.

Ni la cicatriz tan enorme que me marca, de lado a lado, el corazón. La que me impide volver a amar.

¡Qué patética!

¡Qué pérdida de mi misma!

Calidez

Estándar

He soñado que deseaba tu abrazo, me hacías un hueco entre tu piel y tus huesos y me atraías hacia ti.

Nuestros cuerpos encajaron como piezas de un reloj antiguo, engranados, precisos.

Y con tu calidez me devolvías a la vida.

Búscame.

Haz que te sueñe.

No dejes que olvide, de nuevo, este recuerdo.

Tu, mi vértigo

Estándar

Fuimos felices.

Se notaba en nuestra mirada,

en la calidez de nuestras manos,

en la temperatura de nuestra piel.

Siempre ardiendo,

siempre con el deseo rozando el vértigo,

dentro de nuestra burbuja imaginaria.

Fuera de ella,

cuando la destruimos,

fuimos nada.

Una mirada vacía,

un beso hueco,

un silencio abrumador.

La intensa lluvia borró nuestros pasos

y se llevó calle abajo todo nuestro amor.

Pero tú fuiste mi vértigo,

mi renovada ilusión.

Mi burbuja vacía con forma de corazón.