Olvidaste regresar y no volviste a buscarme.
No sé el tiempo que llevo esperando tu vuelta. Creí que no tardarías, que sería cuestión de un momento y por eso olvidé preguntarte cómo llenar el hueco que dejaste o porqué tu lado de la cama sigue estando vacío.
Sigo guardando las cosas que no te llevaste: la luna en el tejado, el ruido del canalón los días de lluvia, copos de nieve de primavera sobre el lecho de la hojarasca, los latidos de tu corazón desbocado…
Yo te sigo esperando, aunque olvidaras regresar y no me llevaras contigo.