
El desencanto que me produces solo es comparable a la fascinación que sentí por tí.
El desencanto que me produces solo es comparable a la fascinación que sentí por tí.
Prepara la maleta para su viaje a la luna llena.
En ella va guardando la impaciente espera,
los nervios atados con lazos de azucena.
Y perlas blancas, para las coquetas ballenas.
No olvida guardar sonrisas por doquier,
la mirada de ver las olas romper
y el viento que suspira donde duermen las sirenas.
Llena la maleta de palabras dulces y terrenas,
de amores oceánicos,
de algas y luciérnagas.
Ya la tiene repleta de caricias esponjosas
y besos de hierbabuena.
Toda la piel para bailar en la arena,
para danzar con la luna,
esa luna tan plena.
Quedamos a las doce del día más largo,
de la noche más pequeña.
Lugar: donde la luna está llena
A veces me permito una pequeña debilidad y me sorprendo pensando en ti.
No puedes olvidarme y resurge de nuevo la chispa, la llama, el fuego abrasador…
Pasa, todo pasa, solo dura un instante y después, me reprendo a mí misma por ser tan estúpidamente ingenua y soñadoramente naif.
He vuelto a viajar en esa nube
que está sobre tu azotea
y me he derramado en lluvia,
la misma que antaño calmó tu sed
y sació la sequía de tu piel.
Hoy vuelvo a viajar de nube
y así, limpio de monstruos tus sueños.
Así, viajando, vacío de monstruos los míos.
Que la vida te vaya bonito
y el futuro se pinte de estrellas,
que te tiñan a besos las canas
y aprendas a quererte de veras.
Por enésima vez me despido
deseándote una vida con
caminos de lunas llenas.
Y resultó ser verdad que no teníamos futuro.
Que lo que vivimos en cada momento al siguiente era ya pasado.
Que el tiempo que perdimos no queriéndonos es irrecuperable.
Y resultó ser verdad que fui una loca por amarte de manera tan irreversible.
Recuerdas aquellas noches
de besos y caricias,
de charlas en el balcón,
mecidos por la brisa,
queriéndonos a mares,
bebiéndonos las prisas.
Aquellos días de amores,
aquellas noches sentidas.
Recuerdo que me quisiste,
te quiero como a mi vida,
decías, mientras dibujabas
infinitos en la piel de mis costillas.
Recuerdo de amores,
sueños locos, fantasías.