Era la noche, la noche perfecta.
Ya está en su sitio la luna y vestidas de fiesta las estrellas.
Será breve, tan fugaz como pedirle un deseo a un cometa.
No queremos ataduras.
Ni haremos promesas.
Tú no me amarás eternamente,
yo no te querré la vida entera.
No me darás tu corazón,
no te mostraré mi flaqueza.
Tú no me echarás de menos.
Yo no desearé tu vuelta.
Pero algo no salió bien.
¡Y es que la vida es tan imperfecta!
Archivos Mensuales: enero 2017
De fondo, el silencio
Las pieles que fuimos,
las manos que fueron.
Tu rostro en mis dedos,
tu caricia en mi cuerpo.
Mientras nos abandonamos
nos perdemos enteros.
Cuando nos dejamos ser
fundimos los versos.
De fondo, el silencio.
Ya no hay distancias.
¡Tan grande es el desconsuelo!
Ya sólo quedan los velos.
La sombra.
La quimera.
Y el miedo.
Los puentes dinamitados
Hace más de diez años que escribí estas palabras y aún hoy sigo llorando porque, sea cual sea el estado de mi corazón, y a pesar de todo el tiempo que ha pasado, yo soy Francesca y tu… tu eres mi Robert.
(marzo de 20…)
Volví a ver por enésima vez «Los Puentes de Madison».
Otras veces, al verla, he llorado por Francesca y Robert.
Anoche, además, lloré por él, por mí…
Por su Nueva York y mi Iowa…
Por los puentes y caminos sin retorno…
Por las certezas inciertas…
Por el vuelo de las libélulas…
Por las decisiones que no se pueden decidir…
Por los sueños que nunca se realizarán…
Algún día, quizá…
Cuando dejes de mirarte el ombligo y lamerte las heridas, quizá podríamos volver a querernos.
Tiempo perdido
Todo este tiempo queriendo saber porqué no me querías,
cuando en realidad era yo la que no te amaba a ti.
Soledad
¡Mi corazón te echa tanto de menos!
¡Es tan difícil caminar en soledad!
Besos alados
Entreabrió los labios para decirle cuánto la quería. No llegó a emitir sonido alguno.
Ella se le adelantó y con expresión ceñuda, un poco fingida, le dijo que se marchaba.
«Ya sabes que sólo estaba de paso«.
Cogió una pequeña maleta con sus pocas pertenencias y cerró la puerta tras de sí. Caminó unos pasos sin volver la vista atrás. Antes de doblar la esquina se giró y le vió tras los cristales del ventanal.
Le envió un beso alado que se depositó en su boca. Él lo recogió guardándoselo bajo la piel al lado del corazón.
«Volveré a verte cuando dejes de caminar en circulos«.
Besos de luna marina
Aún sigo esperando
que te acerques a mi orilla,
que brilles en mi universo
oscurecido en mi isla.
Aún espero oír tus pasos
caminar por la arena fina,
acercándote hasta mí
con besos de luna marina.
Aún te espera mi vida.
Guardando penas,
barriendo espinas.
¡Feliz año!
Este blog acaba de cumplir un año y no podía dejar pasar la ocasión para escribir el placer que ha sido compartir este rincón con todos y cada uno de vosotros.
Crear y mantener este espacio ha resultado ser una de las cosas más positivas del 2016, que se ha presentado como loco, exhaustivo y agotador. A veces desquiciante. A ratos, enamorado y apasionado. Últimamente, tristón y apesadumbrado.
Quiero brindar con todos vosotros por un 2017 lleno de felicidad, de deseos por cumplir y sonrisas por pintar. De fuerza, de ánimo y sobre todo, de letras y de historias, a miles, que aún quedan por contar.
¡Con todo mi cariño, os deseo un feliz 2017!