(17 de mayo de 2016)

Contigo aprendí a no creer en las palabras dichas de madrugada.
Aprendí que el amor se acaba de hoy para mañana.
A hacer de la desconfianza un arte.
A no dar de mí la mejor parte.
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Contigo aprendí a no creer en las palabras dichas de madrugada.
Aprendí que el amor se acaba de hoy para mañana.
A hacer de la desconfianza un arte.
A no dar de mí la mejor parte.
Lee el resto de esta entradaElla le dijo en una ocasión
«No imagino la vida sin ti»
Y así, la vida hizo todo lo posible
para que no tuviera que imaginarla,
sino vivirla.
Un buen rincón para descansar y soñar.
Únicamente me sobra tu corazón de nuez rodeado de zarzas y espinos.
No es tu ausencia,
a la que ya me he acostumbrado.
Es tu no presencia,
la que me tiene con este nudo
y esta congoja.
El viento, la tormenta, el hielo.
La locura de tus manos,
cualquier tarde de enero.
Una vela encendida,
suave olor a canela.
El susurro de tu cuerpo en mi cuerpo.
Una ventana abierta al cielo,
noche de invierno
y tus labios en mi pelo.
Sábanas revueltas
y en la punta de tu boca
un te quiero.
No se porqué piensas que no te espero,
si en cada letra,
en cada palabra,
está fundido mi deseo.
Me da miedo que te pierdas en la noche oscura del olvido.
En esa oscuridad donde caí yo para ti.