
… 7 años!!!

No tengo ganas de escribir.
Las cosas no van bien, todo se ha torcido, roto, desmadejado.
Después de unos años malos han llegado los años «peor».
Sin fuerzas, con mucho agobio y angustia.
Y hoy, en ese viaje tan largo e interminable, has saltado en mi playlist.
Y he recordado ese tiempo en el que yo me enamoré perdidamente de ti, a quien me di en cuerpo y alma.
Lo tonta y entregada que fui.
Aún romántica, enamoradiza. Aún sentimental.
A partir de ti, me perdí.
¿Por qué me siento como si
hubiera vivido cien años
y cargara sobre mis hombros
todo el peso de las personas
que he conocido?
El mundo conocido se le desmoronó, cayendo a sus pies, mientras se permitía un suave aleteo.
Ahora simplemente vive desaprendiendo a volar.
Ella pensaba en él, de vez en cuando.
Él, cuando pensaba en ella, lo hacía una y otra vez.
Cada vez que te pienso me sabe tu boca.
Cada vez que te sueño me surgen versos.
Palabras suaves,
caricias leves,
susurros pequeñitos.
Arrullos de madrugada,
brisa envolvente,
aroma dulzón.
De vez en cuando.
Una y otra vez.
Tú.
Fuimos felices.
Se notaba en nuestra mirada,
en la calidez de nuestras manos,
en la temperatura de nuestra piel.
Siempre ardiendo,
siempre con el deseo rozando el vértigo,
dentro de nuestra burbuja imaginaria.
Fuera de ella,
cuando la destruimos,
fuimos nada.
Una mirada vacía,
un beso hueco,
un silencio abrumador.
La intensa lluvia borró nuestros pasos
y se llevó calle abajo todo nuestro amor.
Pero tú fuiste mi vértigo,
mi renovada ilusión.
Mi burbuja vacía con forma de corazón.
Un abrazo fuerte, largo, infinito.
Recostar mi cabeza en tu pecho y descansar, respirar,
cerrar los ojos y empaparme de tu aroma.
Acaricias mi pelo y me das paz.
Paz, con la que alimentar mis sueños.
Sueños que alimentarán mi alma día a día.
Quería tanto que me amaras.
Quería tanto amarte yo.
Tu ausencia me trajo paz, equilibrio, tranquilidad.
Y me dejó el alma inquieta pero serena.
Tardé en escribir los atardeceres sola
y las noches en soñar dulce.
Y fui desnudando lentamente mi piel
de tu recuerdo.
Anduve en cueros,
aún camino a medio vestir.
El tiempo, bendito tiempo,
hará surgir de nuevo
la piel de mi cuerpo.
Te espero