Archivo de la categoría: Si me apetece lo escribo

¡Feliz año!

Estándar


Este blog acaba de cumplir un año y no podía dejar pasar la ocasión para escribir el placer que ha sido compartir este rincón con todos y cada uno de vosotros. 
Crear y mantener este espacio ha resultado ser una de las cosas más positivas del 2016, que se ha presentado como loco, exhaustivo y agotador. A veces desquiciante. A ratos, enamorado y apasionado. Últimamente, tristón y apesadumbrado.

Quiero brindar con todos vosotros por un 2017 lleno de felicidad, de deseos por cumplir y sonrisas por pintar. De fuerza, de ánimo y sobre todo, de letras y de historias, a miles, que aún quedan por contar.

¡Con todo mi cariño, os deseo un feliz 2017!

Andadura

Estándar


Quisiera escribir bonito y que mis letras llegaran a ti.
Quisiera hablarte de mis silencios, de mis pobres palabras, esas que hoy no dicen nada porque nada quieren decir, porque están sujetas a mis miedos.
No quiero que el tiempo avance porque temo que nos devuelva a cada uno al lugar del que partimos.
Yo, donde siempre estuve y del que quizá no debí salir y tú, caminante, continuarás tu andadura allá donde el verano fue paréntesis.
Pero el reloj no se detiene y el
miedo se va abriendo paso en mi.

Debí hacerlo con sangre

Estándar

El día que hipotequé mi vida
debí hacerlo con sangre
porque de ella no consigo apartarte.
Te has aferrado a mí
de la peor manera imaginable.
Si crees que me tienes en tus manos
siento decepcionarte.
Me costará lágrimas.
Me costará un tiempo incalculable.
Pero te juro por lo más sagrado
que yo de ti voy a alejarme.
Que ya no corro ni camino,
que ya vuelo lejos de tu lastre.
Corta de una vez los hilos
que un día anudaste.
La vida son muchos virajes
y tu camino y el mío
ya tienen distintos anclajes.
Suelta los amarres,
libérame de las ataduras
que tu mismo propiciaste
Y déjame vivir en paz.
Sola, sin ti,
alejada de tus mañas
y si puede ser,
no volver a ver tu semblante.

Mi castillo de naipes encantado 

Estándar

Mi vida, mi castillo de naipes, mi mundo casi perfecto construido con amor y deseos, con sueños.

Mundo de equilibrios y balanzas, de mente racional y austera, de sentido común. De puertas y candados, de puentes levadizos y castillos encantados.

Mi mundo casi perfecto se viene abajo, se caen las piezas que arrastran a las de al lado.
Hoy he perdido a una de ellas y un trocito de corazón ha volado.
Y lo hace alto.
Y pasa de largo.

Hoy me quedo tan frágil como lo es mi mundo imaginario.
Tan de cristal, tan liviano, tan etéreo, tan humano.